Nos colamos en la casa de Studio Boot, una de los más importantes estudios de diseño gráfico de Holanda, decidieron dar una segunda vida a lo que en su origen era un antiguo taller mecánico que estaba en muy mal estado y lo transformaron en una espectacular casa-estudio. El espacio de trabajo, con dos despachos y un vestíbulo coronado por un altísimo techo de cristal, se ubicó en la planta baja, junto con la cocina, el comedor y el jardín. 
En la primera planta se emplazó el salón, y en la buhardilla, el dormitorio de la pareja. Tomando como punto de partida el diseño gráfico, trataron de trasladar su mundo a la decoración de su hogar. Conservaron las vigas vistas y enriquecieron la decoración con diversas antigüedades adquiridas en subastas o piezas recuperadas, 
como unos radiadores extralargos que  encontraron en un viejo hospital.









Imágenes: Elle Deco

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