Es difícil explicar en pocas palabras lo que significó La Bauhaus para las Artes Plásticas, la Artesanía, el Diseño o para diferentes disciplinas como la Arquitectura, en una palabra, para el Arte. En su corta vida, unos 15 años, todo aquello que aglutinó La Bauhaus y su propio espíritu sigue atrayendo a todo el que se interesa por el Arte, por la Historia o por la Arquitectura, incluso para cualquiera que no esté ligado a un trabajo de este tipo, tanto la Escuela como los que la integraron, constituyen una fuente de interés.


La Bauhaus que en alemán significa “Casa de la Construcción” o “Casa de la Arquitectura” fue fundada por Walter Gropius, arquitecto descendiente de una familia de arquitectos, en 1919 en Weimar, después de la primera guerra mundial y fue la unión de la Escuela de Artesanía y la Escuela Superior de Artes Plásticas. Gropius tenía por objetivo unificar las actividades eliminando las diferencias entre Artistas y Artesanos.


Su popularidad se debe sin duda a los prestigiosos nombres ligados a ella, comenzando por su propio fundador Walter Gropius, por Oskar Schlemmer, el conocido arquitecto Mies van der Rohe, o pintores de la talla de Paul Klee o Kandinsky, pero sobre todo a su filosofía que sirvió para que, en ese momento y en años posteriores, todos los movimientos de vanguardia giraran en torno a ella.









El espacio físico también se puede denominar revolucionario. Un conjunto de estudios, talleres de máquinas, oficinas administrativas y casas para profesores en un grupo de cubos entrelazados y con relación entre ellos. Muchos de los talleres eran estructuras abiertas con paredes de cristal.
En cuanto se supo de su existencia la afluencia de matrículas fue enorme. Sus enseñanzas abarcaban desde el diseño gráfico al de interiores, la cerámica, el vidrio, el teatro o la arquitectura. Pronto su fama comenzó a superar fronteras, no sólo por su influencia en el Arte contemporáneo, sino también gracias a su famoso curso preliminar y al concepto pedagógico que consistía en alternar enseñanza teórica y práctica en los talleres. Aglutinó diversas posturas poco académicas e implantó la enseñanza de las mismas de modo poco convencional.







Gropius, siendo el afamado arquitecto, sostenía que el artista y el Arquitecto deben ser también artesanos. En sus primeros años la enseñanza estaba constituida por un curso de unos meses dedicado a prácticas de taller con diferentes materiales: madera, metal, barro, vidrio, tejidos y con nociones de modelado y dibujo. Los estudiantes debían de encontrar qué material les resultaba más atrayente y con cual se encontraban en mejores condiciones para trabajar.

Pero los conservadores tacharon a la escuela de “socialista” y se generaron protestas en su contra. Con la situación política de crisis que reinaba en el país, Gropius se vio obligado a cerrar la Escuela. Pero poco después de su clausura se volvía a abrir en Dessau. Los propios alumnos y Gropius diseñaron el edificio. En esta sede se llevaron a cabo diferentes fiestas que tenían como objetivo crear una relación de la propia Escuela con los ciudadanos.

En esas fechas fue otro arquitecto alemán Hannes Meyer el que se hizo cargo de la dirección. Este nuevo director dio a la escuela un giro más realista. Pero pronto fue sustituido por su ideología marxista.
En 1930 el famosísimo arquitecto Ludwing Miës van der Rohe toma el mando de la escuela a petición del propio alcalde de Dessau. Antiguos profesores se volvieron a acercar a la escuela que tomó una orientación de Universidad.










En 1932 los nazis llegan a Dessau y la institución no recibe financiación trasladándose a Berlín hasta su clausura por los nazis en 1933. Su cierre se justificó porque se consideró que una institución privada socialista e internacionalista.
Miës van der Rohe, profesores y alumnos perseguidos por el régimen huyeron del país y se instalaron en EEUU. En ese país Gropius fue profesor en Harvard, otros profesores también se establecieron en la docencia y Van der Rohe desarrollo su influyente arquitectura.

La Bauhaus sentó las bases de la arquitectura moderna y del diseño de interiores y para ello se valió de sus publicaciones en las que mostraba: sillas, camas, lámparas y tejidos.
Los catálogos se vendieron en las industrias, se utilizó una nueva tipografía. Como en todo, en diseño gráfico fue revolucionaria.
Estuvo influenciada por diferentes corrientes como el constructivismo ruso, el expresionismo y el neoplasticismo. Carente de ornamentación en los diseños incluso en las fachadas y con gran armonía entre medios artísticos y técnicas de trabajo.


Además de los ya citados, fueron innumerables los artistas que en un momento u otro pasaron por La Bauhaus, como Lyonel Feininger, Oskar Schlemmer, la tejedora Gunta Stölz, la también tejedora Anni Albers y muchos más. La Bauhaus influyó en muchos otros artistas como sucedió con el arquitecto y pintor Le Corbusier y continua siendo una influencia clave, para todos los que amamos el diseño. La Escuela cerró pero todas sus enseñanzas siguieron en pie. En una palabra La Bauhaus sirvió para reflejar el espíritu del Arte en una época.





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