Ya sabemos que el blanco llena de luz los ambientes, amplía visualmente las estancias y refresca. Pese a que hace unos años las casas con paredes blancas eran la norma, hoy es más que difícil encontrar casas con paredes de ese color.





Esta casa sueca tiene una inspiración claramente escandinava, ya que el blanco se combina a la perfección con toques negros en los complementos y con el mobiliario para crear unos ambientes armoniosos, además se aprovecha hasta el último rincón disponible, con lo que tenemos un ambiente ordenado y minimalista. Destacable la mesa del comedor y las sillas y el salón con pocos complementos, para respetar la amplitud de espacios, aunque no le falta nada de nada.





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