La silla BKF fue creada en Buenos Aires y es un símbolo del diseño nacional en el mundo. También llamada Butterfly, fue diseñada por el Grupo Austral: integrado por los arquitectos Bonet, Kurchan, Ferrari-Hardoy y como se puede deducir, fue bautizada con las iniciales de los tres primeros. Estos arquitectos se conocieron trabajando en el estudio de Le Cobusier en París. El Grupo presentó el diseño en el tercer Salón de Artistas Decoradores de Buenos Aires 1940.


La silla es una estructura de acero redondo, pulida a mano y terminada con pintura epoxi. El cuerpo es una pieza de cuero bovino, que adopta la forma del cuerpo humano, de acuerdo al peso. Permite una postura desestructurada, con la sensación de estar en una hamaca en la que la persona cae, recostada, en posición fetal.
Se dice que Ferrari se inspiró en los trabajos de gabinete del estudio de Le Cobusier y especificamente en la silla conocida como La Tripolina. Se trata de un asiento de campaña de madera y lona, que utilizaba el ejército inglés en el siglo XIX... Su nombre se debe a Trípoli la capital de la Libia italiana.
Desde el año 1945, la BKF se viene fabricando ilegalemente en Estados Unidos, lanzándola a la fama la empresa Knoll. Fue reproducida y copiada en diferentes materiales. En nuestro país se puede adquirir en Vinçon.

En el año 2002 se presentó en un concurso internacional un nuevo diseño que sintetiza la "Tripolina" y la BKF, reduciendo las piezas y convirtiéndola en plegable.
Existe en Buenos Aires una réplica en cemento, usada en plazas públicas que pierden la calidad de hamaca, además de presentar otros inconvenientes tales como acumulación de agua y suciedad.
Es una de las sillas mas célebres del siglo XX y forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

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