Constantemente oímos hablar de los padres del diseño, Le Corbusier, Ludwig Mies van der Rohe, como mucho el matrimonio Eames. Pero ¿que hay en cuanto a las mujeres y el interiorismo? Todos sabemos quien fue Coco Chanel y el papel fundamental que jugo para que la moda que conocemos hoy sea lo que es. Pero hay otra enorme emprendedora que es la que hizo que interiorismo actual sea lo que es.







Dorothy Draper fue la primera en profesionalizar la industria del diseño de interiores mediante un establecimiento que abrió en 1923, ademas de ser la primera empresa de diseño de interiores en Estados Unidos, algo que hasta entonces era inaudito, se consideró muy atrevida por crear su propio negocio.





Inventó el “barroco moderno”, un estilo empleado, en particular, en grandes espacios públicos y en la arquitectura moderna. Para Dorothy, el espacio público representaba un lugar donde la gente se reunía para disfrutar a través de los sentidos. Ver, sentir y absorber el significado de una vida de calidad en presencia de una gran belleza. Las combinaciones de colores, vibrantes y ostentosas, nunca antes vistas, como el berenjena y rosa salpicado con verde y amarillo y un toque de azul turquesa, o una de sus combinaciones favoritas, aburrido blanco y brillante negro.





El nombre de Torothy Draper era sinónimo de decoración. Daba un consejo decorativo en la revista Good Housekeeping, diseñó líneas de tela para Schumacher, muebles para Ficks Reed, diseñó teatros, grandes almacenes, establecimientos comerciales, oficinas corporativas privadas, interiores de aviones, automóviles, incluso diseño el packaging para la firma de cosméticos de Dorothy Gray. Por no decir que entre los proyectos residenciales que hacia para sus clientes se encontraban las personas mas adineradas e influyentes de la sociedad norteamericana de la época.







Sentó las bases de lo que hoy podría llamarse el estilo Hollywood Regency, del que ya he hablado en alguna ocasión en este blog. Su firma “col rosa”, de diseños elaborados con adornados de yeso y molduras, sobre puertas, paredes y techos. Sus suelos a cuadros blancos y negros y los elaborados marcos, de intrincada confección, para los espejos, contribuyeron a que sus espectaculares diseños fueran todo un referente: “el toque Draper”. Me quedo con su frase "si se ve bien, está bien".









Vía: Dorothy Draper

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