Nacido en Italia, toma su nombre de los maestros venecianos, que revolucionaron la industria cristalera con la invención en el s. XIV del espejo de vidrio y cristal de roca sobre lámina metálica (hasta entonces, los espejos eran de metal pulimentado). En un principio, el marco era de madera tallada, pero a finales del s. XVIII se impone la moldura de cristal característica hoy.

Se caracteriza por además de la luna, el marco tambien es de espejo formado por pequeñas piezas decoradas con motivos florales que se graban en un torno de piedra. Suelen llevar añadidas flores de cristal talladas manualmente.



Se hacen completamente a mano y cada modelo es único, por lo que admiten cualquier diseño y tamaño, pero la medida mas habitual es 90 x 70 cm. Es una pieza ideal para poner una nota de sofisticación chic en cualquier ambiente o en una casa de aire vintage, quedará perfecto.

¡¡¡¡Y ojo!!!! Un espejo veneciano es el hecho sólo en Murano (emiten certificados de autenticidad). Para comprobar que esté realizado de forma tradicional hay que mirar la calidad del corte (que ha de ser suave y no abrupto) y del tallado, con las formas de los motivos ornamentales bien definidas. Así que desconfía de las gangas y fijate por ejemplo en este tan bonito que puedes encontrar por 950 € en el Anticuario de Belén.

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