Me encanta el nombre en ingles, es de lo mas adecuado y además estos días me he dado cuenta de que lo mucho que necesito un tocador. Esta pieza sin la que Maria Antonieta o Carrie Bradshaw no hubiesen tenido ni la mitad de glamour me fascina.







Por desgracia han ido desapareciendo de nuestros espacios, la funcionalidad los eliminó de raíz de nuestros dormitorios. Y quizá porque esta dejando de ser usual, condensa para mí toda la feminidad e intimidad del dormitorio, siendo a la vez por su función original, un accesorio “coqueto”.







Me gustan los que tienen cierto sabor a los años 50, los de espejo-libro que se dividen en tres partes, los retro. Los que mezclan estilos y unen diferentes piezas, como cualquier mueble reconvertido, con un gran espejo y una bonita silla o butaca.
Espero que os resulten inspiradores.





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