Hace unos días, Mer, me llevaba a comer a La Gabinoteca, un sitio que me pareció alucinante, por el diseño, por la comida y sobre todo por la compañía, siempre pasamos un buen rato. Aunque me encantaría, yo no voy a hablar en este post de La Gabinoteca, pero si que recomiendo que si no lo habéis visto paséis por el blog de Mer y no os la perdáis. Y para nuestra próxima quedada este podría ser un buen sitio para pasar otro agradable rato.





La Taberna Agrado, aun no lleva un año abierta y ya se ha convertido en un referente en el centro de Madrid. Regentada Alberto Gozalo, está lejos de ser un restaurante, un bar, una taberna, Agrado es mas que eso, es una parada gustosa para disfrutar de una manera informal y entre amigos (o sólo si se tercia) de unas tostadas en la mañana, unas tapas al mediodía, una merienda o picoteo tras el trabajo “after work o drunch”, o de una cena sofisticada.





En la carta destacan platos como albóndigas de foie, carpaccio de secreto ibérico, chuletillas villaroy de cordero, un sofisticado caviar de esturión español, entre otros placeres, aunque también se puede tener un tapeo de primera con su oferta de tostas. Destacable la hamburguesa de buey y presa ibérica de la Taberna Agrado. Una delicia carnívora cortada a cuchillo, con la mezcla exacta de leche y miga de pan, servida entre pan de maíz y acompañada de cebolla pochada, tomate raff y queso mozzarella. Así a secas ya es para quitarse el sombrero pero se sirve con una salsa de ketchup casero que quita el sentido. Me faltan palabras: hay que probarla.



Por supuesto, otro ingrediente agradable es la decoración, con recuerdos de taberna castiza de toda la vida, se muestra con un estilo contemporáneo y donde el rojo y el negro marcan su personalidad con una tenue luz. Y a modo de curiosidad decir que esta taberna debe su nombre a un personaje de una peli Almodovar.

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